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Algunos residentes de Highland Park todavía evitan pasar por Port Clinton Sq., justo al otro lado de la calle del edificio donde, hace casi tres años, un joven disparó contra una multitud reunida para el desfile anual del 4 de julio de la ciudad.
“Esta es la primera vez que he tenido la valentía suficiente para caminar hasta allí sin derrumbarme”, dijo Vincent N. Carani el jueves por la mañana.
La semana pasada, Robert Crimo III se declaró culpable de uno de los peores tiroteos masivos en la historia de Illinois. Sin embargo, en Highland Park, la gente todavía está tratando de darle sentido al trauma colectivo que experimentaron en el desfile de su comunidad.
Siete personas murieron en el tiroteo. Sus nombres ahora están grabados en una placa en un lugar conmemorativo a varias cuadras de donde fueron asesinados.
Otras 48 personas resultaron heridas por metralla o por una de las docenas de balas que Crimo disparó con un rifle de asalto, dicen los fiscales. Se esperaba que la mayoría de las víctimas sobrevivientes testificaran en el juicio de Crimo, que terminó abruptamente el lunes pasado después de que Crimo anunciara que estaba listo para declararse culpable, justo antes de que comenzaran las declaraciones de apertura.
La sobreviviente Ashbey Beasley dijo que mantuvo la respiración en la sala de la corte mientras Crimo confesaba, porque anteriormente se retractó de un acuerdo de culpabilidad. Ahora que el juicio ha terminado, WBEZ visitó el suburbio del norte para ver cómo los residentes están procesando la declaración de culpabilidad de Crimo.
Vincent N. Carani
Carani creció en Highland Park, a la vuelta de la esquina de la casa de los padres de Crimo. La ciudad es la fuente de algunos de sus recuerdos más felices de la infancia, incluido el asistir al desfile cada año.
Carani, de 48 años de edad, dijo que todavía no puede creer que haya ocurrido el tiroteo. Cree que la policía estatal nunca debió haber permitido que Crimo obtuviera una tarjeta de posesión de armas (FOID) antes de cumplir 21 años de edad, la edad authorized para la posesión de armas en Illinois. También cree que los rifles de asalto como el que los fiscales dicen que usó Crimo deberían estar prohibidos.
“No estoy en contra de las armas”, destacó Carani. “He disparado muchas armas en mi vida. Pero tenemos rifles para cazar o disparar a platos de arcilla, no para aniquilar seres humanos”.
También cree que su comunidad le falló a Crimo al no intervenir antes, como en 2019, cuando Crimo intentó suicidarse.
Carani ha tenido sus propios problemas con la depresión. Pero dijo que está recibiendo ayuda profesional.
“No me avergüenza admitir que he estado hospitalizado y he recibido tratamiento”, contó. “¿Por qué debería avergonzarme? Si no tuviéramos tanto estigma [sobre la salud mental], tal vez este muchacho también habría recibido la ayuda que necesitaba”.
David Gold
David Gold, de 70 años de edad, no puede borrar el recuerdo de Crimo trepando el edificio donde trabaja Gold y abriendo fuego.
También piensa que fue merciless por parte de Crimo retractarse de un acuerdo de culpabilidad el pasado mes de junio frente a docenas de sobrevivientes en la galería de la sala de la corte.
“Creo que está jugando juegos psicológicos”, destacó Gold. “Sólo está tratando de torturar a las familias y a las víctimas”.
Incluso ahora, después de que Crimo haya cambiado su declaración, Gold continúa siendo escéptico, especialmente después de que Crimo firmara su exención de juicio utilizando el nombre del presidente Donald Trump en lugar del suyo.
“Eso te cube todo lo que necesitas saber sobre él”, señaló Gold. “Él piensa que todo es una broma”.
Los expertos legales dicen que la declaración de Crimo sigue en pie. Gold espera que ayude a su comunidad a recuperarse.
“Sólo espero que todos encuentren algún tipo de consuelo y paz dentro de sí mismos, y lo que sea necesario para sanar y seguir adelante y tener un resto de vida feliz y saludable. No puedes dejar de vivir, pero no olvidas”.
Debra Kahn
Para Debra Kahn, de 60 años de edad, vivir con el recuerdo del tiroteo significa recordar los gritos que escuchó afuera de su casa ese día y cómo ayudó a las personas a esconderse en su edificio.
Pero también significa recordar cómo la comunidad se unió tras la tragedia.
“Para mí, Highland Park cambió”, comentó Kahn, “porque no me di cuenta de lo unida que es la comunidad. Ahora tengo mucha confianza en mis vecinos”.
Esos vecinos se unieron a las familias en duelo después del tiroteo. Organizaron vigilias y comenzaron páginas de GoFundMe para apoyarlos.
Está previsto que Crimo sea sentenciado el 23 de abril. Kahn cree que lo que se merece es una sentencia de cadena perpetua.
“Creo que demostró que es una persona peligrosa y que no debería vivir fuera de prisión”, dijo.
Pero Kahn también ve el tiroteo como una lección para que su comunidad haga más para ayudar a las personas que luchan con su salud psychological.
“Nos enseñará, a largo plazo, a resolver esos problemas de salud psychological”, destacó. “No creo que se pueda señalar con el dedo a nadie, a la comunidad, a los padres, a las escuelas, porque creo que todavía estamos aprendiendo”.
Anna Savchenko es reportera de WBEZ. Puedes contactarla en asavchenko@wbez.org.
Traducido por Gisela Orozco para La Voz Chicago